En este artículo, Richard Gerver habla de lo mal que va el
sistema educativo, de los problemas que ha causado a largo plazo y la relación
que tiene con la forma de pensar, de comportarse y de actuar a la hora de
organizarse.
La educación del futuro es un problema
que afecta a los educadores y en general a todas las personas. Se habla de que
hay que cambiar las cosas, que hay que mejorarlas, pero no se tiene en cuenta
la opinión de los estudiantes y son ellos los primeros perjudicados. Los
profesores se sienten frustrados, enfadados, e incluso, amenazados y
vulnerables por el planteamiento de este problema.
Hoy en día la educación tiene relación
con los políticos o los sindicatos, se enfoca en lo que ellos quieren o esperan
o creen que sería mejor en la educación de los jóvenes. Se debería empezar
planteándose cuál es el propósito de la educación y la visión que tenemos de
ella y cuál es la motivación que lleva a los profesores a querer educar y
enseñar a otras personas.
En primer lugar, nuestra labor debería
ser ayudarlos a entender el poder y la potencia de su futuro, que se centren en
sus aspiraciones, sus sueños, sus intereses, sus habilidades y el potencial que
los hace ser ellos. Ayudarles a entender que como individuos, como miembros de
una comunidad, de una sociedad y de una familia global, son únicos y
necesarios.
Como he comentado antes, estoy a favor
de debatir este problema junto con los jóvenes a los que les afecta, tal vez
ellos nos ayuden a clarificar las cosas, a conocer sus sueños y sus
aspiraciones en la vida. Cada uno de ellos es único y tiene sus propias
necesidades, por lo que nosotros como educadores deberíamos prepararlos para el
mundo exterior donde el respeto y la civilización sean los pilares para formar
parte de su mundo.
Para que la educación en las escuelas
cambie, los primeros que han de cambiar son los profesores, pero es muy fácil
mantenerse en la zona de confort ya que los desafíos les hacen sentirse
incomodos. No podemos esperar que los jóvenes cambien si los profesores no
están por la labor de hacerlo.
En segundo lugar, la educación y el
aprendizaje es el máximo regalo que cualquier sociedad civilizada puede ofrecer
a los jóvenes. Pero da la sensación de que el aprendizaje en nuestras escuelas
es únicamente para prepararlos para hacer exámenes y esto crea enfado e
insatisfacción. Por lo tanto, tenemos que intentar enfocarlo de una manera que
signifique algo, que sea irresistible, que sea emocionante y que les importe en
el ahora.
Uno de los grandes problemas respecto a
cómo la sociedad percibe la juventud y la educación, es que se trata de una
preparación para convertirlos en otra cosa. Y en realidad, deberían valorar las
cosas que les interesan y que les emocionen. Nuestro trabajo es ver cómo
podemos vincular estas cosas con las habilidades que sabemos que tienen que
desarrollar para crear un entorno donde quieran estar. Y para ello es necesario
que los educadores entiendan las necesidades y los intereses de sus
estudiantes.
La educación futura ha de ser flexible
para que se adapte a todos y cada uno de los jóvenes ya que el hecho de que
todas las comunidades tengan que estudiar de la misma forma ya no encaja en las
necesidades de hoy en día. Tenemos un gran reto, y es crear un sistema
educativo construido sobre el desarrollo del individuo, deberíamos enseñar a
los jóvenes a confiar en ellos mismos. Que sepan desarrollar sus habilidades y
que no tengan miedo a avanzar por ellos mismos y a enfrentarse a sus miedos.
En tercer lugar, la educación ha de ser
divertida, no es lo mismo aprender con presión y a disgusto que con un margen
donde te puedas permitir disfrutar, reír y divertirte mientras aprendes. Los
mejores profesores están relajados para ser ellos mismos con sus alumnos, por
consiguiente, los alumnos también serán ellos mismos. En cambio, los profesores
que a la hora de dar su clase tienen que aplicar normas y miedo en sus aulas,
probablemente no son buenos profesores. Esta situación no dará fruto y no
obtendrá el mayor potencial de la educación.
Tenemos que crear un entorno de
profesionalidad, de respeto mutuo, salir del terreno conocido, asumir nuevos
retos, no sentirnos tan cómodos, arriesgarnos. Pero para ello necesitamos que
la gente que establece el sistema haga lo mismo.
Si solamente se hacen servir del miedo y
de los exámenes, no se puede ir más allá. Los sistemas más dinámicos son
aquellos donde hay profesionalidad, colaboración, creatividad y desarrollo, más
allá de los exámenes y de las medidas tradicionales. Lo importante no es como
enseñes, sino como aprendes.
Hemos nacido sin necesidad de ser
gestionados, sin embargo, los niños entran en la educación formal y lo primero
que les enseñan es que lo único que vale la pena es lo que los profesores le
decimos, y vale la pena aprenderlo porque va para examen. Además, la mayoría de
niños deja de lado su instinto de gestionarse a sí mismos. Algunos jóvenes
salen del colegio o de la universidad para trabajar porque se les ha preparado
para ello y para que demuestren su habilidad, que sean eficientes y que puedan
controlarlos. Ahora que su promesa de vida laboral se ha roto, están esperando
que alguien les diga que tiene que hacer porque les enseñaron a ser
gestionados.
Hoy en día, los lugares más dinámicos
del mundo, son los que tienen un sistema educativo que enseña a los jóvenes a
inventarse sus lugares de trabajo, a salir a buscar oportunidades, a crear
negocios, a encontrar sus propias soluciones. Si esto continúa por el buen camino,
los jóvenes con esta capacidad empresarial que han entendido este mundo de
nuevas tecnologías y que están creando soluciones por ellos mismos, nos sacarán
de este pozo sin fondo.
Por tanto, el reto que se nos plantea es
crear sistemas educativos que enseñen a los jóvenes a no ser gestionados y a
buscar posibilidades. Se trata de cómo podemos construir un sistema educativo
basado en el concepto de vivir la vida, con una sonrisa y en continuo
aprendizaje.
Como sociedad daríamos un gran paso si
consiguiésemos darle un giro a la educación de hoy en día. Donde la política no
se inmiscuya y donde los profesores estén por la labor de realizar un continuo
trabajo, desarrollándose como personas y como docentes para poder estar a la
altura de las nuevas exigencias que presenta el mundo en el que vivimos.
Considero que es un gran reto y un esfuerzo, pero que si todos arrimamos el
hombro podremos mejorar la educación y que nuestros jóvenes cambien la sociedad
actual hacia una posición más crítica y respetada.
Actualmente se les enseña el temario que
ofrece el currículo, pero deberíamos enseñar por igual a desarrollar las
habilidades individuales y dedicar tiempo a ello aunque también se tenga en
cuenta en el día a día y durante las clases de cualquier materia. No estaría de
más incluir esta sección dentro de las horas escolares ya que es allí donde más
se desarrollan estas habilidades. Teniendo en cuenta estas pautas, la visión
del futuro puede ser más agradecida y podemos tener una juventud más capacitada
para enfrentarse a todos los problemas e inconvenientes que se les presente en
el camino.